domingo, 7 de septiembre de 2008

¡Qué fiasco!

En fin, la NASCAR se nos resiste un año más. En 2007 porque cuanto más al oeste viajábamos, más al este se iban las carreras. Y en 2008, porque el huracán Hanna ha pasado por Virginia como una enorme tormenta tropical. Esta mañana en Washington no se veía literalmente nada detrás de la valla de la Casa Blanca de lo que estaba lloviendo, y horas más tarde la fiesta seguía con un aquaplanning de cojones que casi nos saca de la carretera.

Cuando hemos llegado al circuito, nos hemos encontrado con todo chapado, miles de racefans bajo los toldos bajando cervezas y la garita de prensa cerrada porque había volado el toldo que la cubría. Cuando ha dejado de llover, lo único que hemos podido hacer ha sido pasear por el circuito. Otra vez será.



+ info: Nota de prensa oficial anunciando la cagada

2 comentarios:

SFarré dijo...

Putadon de los gordos. No hay palabras. Como dijimos en su día nos tendremos que ir los dos a ver las Daytona 500 y Santas Pascuas!

Cristian Mestres dijo...

Ehh, ¡¡yo también me apunto a Daytona!!

Como te dije por teléfono, yo me pego un tiro allí mismo, como cuando el crack del 29